Mejor juguete que el juguete
Muchas veces los padres se esfuerzan en conseguir el juguete más caro, el más sofisticado y famoso, sin pararse a pensar cuáles son los intereses de su hijo, sus necesidades cognitivas y lo que ese juguete puede aportarle, y se ven sorprendidos cuando el niño acaba jugando más con la caja que lo envolvía que con el juguete en sí.
¿Cómo sabemos cuáles son esos intereses?
Pues aunque pueda parecerlo, no suelen ser los que aparecen después de los anuncios de TV, pero si le hemos observado jugando lo sabremos seguro, así que puede ser positivo pensar sobre esto ahora que nos llegan los regalos de oriente…
Los juguetes menos definidos potencian la imaginación.
Por eso en algunas pedagogías, como en la empleada en las escuelas waldorf, los juguetes están hechos con tacos de madera tallada por los padres, las muñecas no tienen una cara fija con un gesto decidido por el fabricante, sino que dejan todo abierto a la imaginación de los niños para que los adapten a mil y una situaciones.
El taco de madera que hoy es un tren puede ser mañana una nave espacial, un barco o el señor Paco, el revisor.
¿Significa esto que si mi hijo juega con juguetes cerrados y definidos no potenciará su imaginación?
Por supuesto que sí, cualquier juguete le ayudará a potenciarla, pero ya se la habremos restringido de alguna manera con lo decidido por el fabricante.
Esta mañana he grabado esta escena en la playita de enfrente de mi casa:
Un niño de 5 años decidió meterse en una caja y comenzar a andar ante la cara impávida de otros niños, y adultos, que allí estaban y le miraban como diciendo ¿¿pero qué??? 🙂
Oscuridad, moverse por el espacio… a mi me daría cosa ir ahí dentro ¿y a ti?
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