¿Por qué se porta mal mi hijo?
¿Por qué mi hijo coge esas rabietas y es tan caprichoso?
Cuando los niños se comportan así seguramente lo hacen porque aún no han adquirido las habilidades lógico-comunicativas necesarias para expresar sus emociones y deseos, así que ¿cómo lo hacen? pues como pueden: llorando, montando el tomate, poniéndonos en evidencia, pataleando, rompiendo objetos, insultando…cualquier cosa que les funcione.
¿Por qué me hace esto a mi? ¿es un niño malo?
Pues seguramente porque es la única manera que conocen para conseguir sus objetivos, les ha funcionado hasta ahora y lo seguirán haciendo mientras les funcione.
¿No harías tú lo mismo si algo te funciona?
Vale, pero ¿cómo corregir esto?
Pues resolviendo esos dos puntos que acabo de mencionar:
- Es la única manera que conocen (Esto tiene solución a largo plazo)
- Lo seguirán haciendo si les funciona (Esto tiene solución a corto plazo si hay determinación)
Para resolver el primero habrá que dedicar mucho tiempo y esfuerzo para que, poco a poco, vayan conociendo la justificación de por qué deben hacernos caso (obediencia razonada) y por qué algunas veces tenemos que decir «No» y ellos aceptarlo porque es lo mejor para ellos.
También deberán aprender a expresar sus emociones, sus deseos, sin frustrarse ni agobiarse, educadamente y tranquilos (comunicación saludable) y todo esto requerirá: por un lado experiencias (vendrán dadas con el paso del tiempo), y por otro lado un ejemplo constante, por parte de los padres, sobre cómo comunicarnos y expresarnos.
Lógicamente este aprendizaje no se lo podemos pedir a un bebé ni de un día para otro, por tanto esto se aprende, como digo, con el tiempo.
En cuanto al punto 2 «lo seguirán haciendo si les funciona» es algo que suele haberse arrastrado desde que eran pequeños, si siempre han conseguido sentir que «son los que mandan» y mediante sus presiones hemos accedido a sus peticiones lo seguirán haciendo. Luego debemos cortarlo de raíz y hacer que no les funcione más.
¿Cómo cortar esto de raíz? Pues poniéndonos firmes, todos los adultos a su alrededor, explicándoles la situación y no cediendo a sus chantajes NUNCA.
Esto puede convertirse en un «campo de batalla» en el que los niños:
- Intentarán hacer lo de siempre.
- Nos forzarán al máximo y nos retarán con cosas que nos parecerán increíbles, crueles y duras.
- Harán cosas sin estar convencidos de tener que hacerlas, inseguros, conociendo lo que les acarreará pero lo harán porque ya están perdidos y muy metidos en ello.
- Y por último…Aceptarán que las cosas son así y se rendirán. Aunque seguramente vuelvan a intentarlo en el futuro algunas veces más.
Puede parecer frío, pero esto, en mi experiencia, es lo que he podido comprobar sobre el comportamiento de los niños.
No debemos olvidar en ningún momento que los niños se están comportando así porque siguen persiguiendo su objetivo y les acabamos de cambiar el «modus operandi»… por lo que será un período difícil hasta que consigamos extinguir ese comportamiento.
Como suelo decir en mis cursos,» los niños tienen pocas «armas» para conseguir sus objetivos… si se las desmontamos difícilmente encontrarán otras con las que presionarnos» y para mí esto es parte de la magia de la educación y de los retos continuos que nos plantean los niños y por eso me gusta tanto 🙂
los niños tienen pocas «armas» para conseguir sus objetivos… si se las desmontamos difícilmente encontrarán otras con las que presionarnos
Desafortunadamente hay padres que no quieren molestarse en seguir todos estos pasos, y conozco casos de padres que reconocen que «les puede el grito de sus hijos y no aguantan ni 5 minutos de gritos» así que abandonan y acceden a las peticiones de los niños «para que se callen»… esto es de lo más triste que le he oído decir a un padre.
Son situaciones difíciles y hay casos peores de padres que deciden recurrir a la violencia o a acceder siempre a las peticiones de los niños, con las nefastas consecuencias que ya conocemos.
Si aguantamos (ellos rara vez suelen aguantar más de una semana y nosotros somos adultos!) les estaremos dando muchísima confianza a los niños, crecerán más seguros sabiendo que tienen a alguien determinado por su bien y que se preocupa por ellos lo bastante como para pasar por todo eso y aguantar.
¡Mucha Suerte y no desfallezcáis!
Pd: Os dejo con un video muy divertido de un bebé que persigue su objetivo, para que veáis hasta qué punto son capaces de interpretar un papel para conseguir, en este caso, atención.
Genial articulo.
Hola! He descubierto tu blog esta tarde a través de una mamá que compartió tu artículo sobre gomets y recompensas en un grupo en facebook. Me ha gustado mucho la claridad con la que explicas las cosas y las ideas que tienes sobre el aprendizaje en los niños. He leído varios artículos y, después de leer éste, quería invitarte a conocer la disciplina positiva (si no la conoces ya, por supuesto). Da un enfoque a la conducta del niño un tanto diferente a lo que expones en este artículo, la cual, según el psiquiatra austríaco Alfred Adler, está motivada por la búsqueda del sentido de pertenencia, y el niño se porta mal creyendo que de esa manera conseguirá encontrarlo. Al encontrar respuesta por parte de los padres o educadores (que lamentablemente prestan más atención a las conductas erróneas que a las positivas) los niños desarrollan la creencia errónea de que esa es la única estrategia que tienen para conseguir la atención de sus padres (una atención totalmente necesaria para su desarrollo). La solución no es aplicar téncias de extinción de conducta, sino ser firmes y amables al mismo tiempo y comprender que detrás de esa conducta existe una creencia errónea y una necesidad de atención, de implicar al niño activamente, de validar sentimientos o de capacitar al niño.
Así que si lo deseas, te invito a que visites la página web de Disciplina Positiva España , http://disciplinapositivaespana.com/ y la de Positive Discipline Association http://www.positivediscipline.org/ y les eches un vistazo.
Quizás conozcas esta metodología y no la compartas, en ese caso ignora este mensaje y disculpa las molestias. Si no es el caso, espero que puedas encontrar un momento para descubrir los principios de la disciplina positiva.
Un saludo.
Nuria.