Dile que es vago y desordenado…y lo será.
Javi Quilez
Y entonces le dijeron: ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?
Cuando somos pequeños y nos preguntan ¿Qué quieres ser cuando seas mayor? algunos contestan «médico, astronauta, quiero ser bombero, informático…» o incluso «conero» (eso decía un niño que quería ser, ver a los que ponen los conos por la carretera le debió parecer lo más! 🙂 )
El caso es que a esa edad no se le da importancia y en realidad te lo preguntan para que digas algo gracioso… el problema es que esa pregunta se nos sigue repitiendo a lo largo de los años y como todo el sistema educativo está diseñado para que seas una única cosa, esa pregunta graciosa pasa a convertirse en algo que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo.
Lo malo de esta pregunta es que dirigen al que la responde a pensar en qué puede ser, en lugar de inspirarle a pensar en todo lo que puede ser y llegar a hacer porque cuando alguien te pregunta «¿qué quieres ser de mayor?» casi nadie responde con 20 cosas diferentes.
¿Para qué si no?
Si no aportamos aquello que nos hace únicos y añadimos algo nuestro y que deje huella para que nuestro paso por «la organización, asociación, grupo, trabajo…» no pase inadvertido… ¿para qué lo hacemos?
Nadie es «uno más», nadie debería serlo, pero depende de ti que lo que hagas le sirva a alguien. Eso es servir hoy.
Uff, hoy me ha vuelto a pasar.
Uff, hoy me ha vuelto a pasar.
Una chica de 15 años ha venido corriendo para darme un abrazo y preguntarme si me acordaba de ella.
¿Cómo no acordarme de quien fue mi lobata?
Quizá era su manera de agradecer los cientos de reuniones y viajes al local para programar aquello con lo que todos vivimos y crecimos.
O aquella vez que la subida a la montaña se complicó más de lo normal ó cuando compartió sus miedos en el consejo de roca.
¡Qué sé yo.!
Hoy me ha vuelto a pasar…y no hacía falta, pero Uff.
Pd: (no era la de esta foto, pero no tenía ninguna foto suya en la que no se la viese 🙂 )
Agradecer = Mejorar + Sonrisas gratis :)
Los pequeños gestos son los que cambian el mundo y es increíble lo que podemos conseguir con ellos.
Un mensaje de agradecimiento, una notita que alguien «te coló» en el bolsillo pueden cambiarte el día.
Muchas veces he pedido a los alumnos que, si tenían algo que agradecer a alguien, lo hicieran de esa manera: escribiendo una notita y metiéndosela a esa persona en el bolsillo sin que se diese cuenta, a veces como misión para el recreo y a veces como parte de una acampada, y suele ser muy divertido y enriquecedor para todos.
- ¿Que alguien ha sido amable contigo? ¡Díselo!
- ¿Qué te dijeron lo que debías mejorar? Eso es porque le importas, ¡Agradéceselo!
- ¿Que te llamó la atención un pequeño cambio en la forma de ser de alguien? ¡Anímale para que perdure!
Y es que agradecer y apreciar no sólo sirve para aspectos positivos, el verbo «Corregir» deberíamos cambiarlo por «Apreciar» ya que consigue mejores resultados y de forma más gratificante.
Una buena propuesta para integrar esto en nuestra forma de ser podría ser:
Compartir lo que haces de manera altruista es poner en valor tu legado y debería ser la base de la vida si de verdad queremos ser felices y un mundo mejor.
Otra cosa, muy distinta, es trabajar gratis.
Javi Quilez
Ser auténticos: Gandhi y el azúcar.
En los últimos meses me he topado varias veces con esta historia así que voy a compartirla aquí porque creo firmemente que los niños son capaces de percibir si lo que le decimos es auténtico o no y eso juega un papel fundamental en la relación de confianza que establecemos con ellos.
La madre de un amigo de Arún Gandhi, nieto del líder indio y probablemente el mejor pedagogo del mundo hindú, Mahatma Gandhi, estaba desesperada porque su hijo se estaba muriendo debido a un fallo metabólico que le impedía asimilar el azúcar. A pesar de su vigilancia el niño, a escondidas, seguía comiendo azúcar y su vida peligraba. … Continue Reading
Alertas ante el comportamiento «adulto».
Recuerdo que en las horas de descanso en las acampadas, mientras algunos scouters (educadores voluntarios) dedicaban ese tiempo para hablar entre ellos, a hablar de cosas «de adultos«, una parte de mí siempre necesitaba hacer lo que estaban haciendo los niños… explorar.
Descubrir sitios nuevos, encontrar algo que nadie antes había encontrado y compartirlo con el resto… «eh mirad lo que he encontrado!!» ese afán que tienen los niños por naturaleza y que es algo innato que va unido al placer de aprender y descubrir cosas nuevas, es algo que no debería perderse y que debería alertarnos cuando nos encontramos con niños que no manifiestan esa curiosidad y optan por un comportamiento «más adulto» como quedarse sentados a hablar.
Cuando un niño no hace cosas de niño, algo raro hay y es nuestra responsabilidad, de los adultos, averiguar a qué se debe y actuar.
La oruga
-їY qué podemos aprender de esta pequeña oruga?
-Que pase lo que pase hace lo que mejor sabe hacer, agarrarse, hasta que se le pasa el susto.
La próxima vez eso ya no le dará miedo y se atreverá con algo nuevo.
Así es como aprendemos y crecemos.