10 Factores que desmotivan a los niños
Hoy leí el artículo de 16 recursos para motivar a los niños y en mi opinión no se puede «motivar a los niños», lo que podemos, y debemos hacer, es trabajar con ellos de manera que se sientan respetados y seguros y de esa manera desarrollen un interés y gusto por lo que hacen y les anime a seguir haciéndolo y a llegar cada vez más lejos.
Lo que debemos hacer es eliminar las condiciones que suponen un impedimento para su motivación natural.
Los niños nacen motivados para el aprendizaje, es un instinto natural, descubrir el entorno, experimentar con lo que tienen a su alcance y afianzar conocimientos está demostrado que produce placer en los niños…luego la pregunta es:
¿Por qué hay niños que no acuden con alegría a la escuela?
Centrándonos en infantil voy a enumerar 10 factores que, en mi opinión, pueden provocar esta falta de motivación y que he observado, tristemente, en aulas de educación infantil de distintos centros del sistema educativo español, tanto públicos como privados.
Según la Organización Mundial de la Salud «La falta de cariño retrasa el crecimiento y el aprendizaje de los niños» y aumenta las posibilidades de desarrollar infecciones, luego tenemos que tener claro que el Amor, el Cariño y el Respeto deben ser la base de nuestra práctica educativa en Educación Infantil. Debería ser algo básico en la escuela, aunque rara vez lo vemos reflejado en planes de estudios y proyectos educativos de centro y son pocos los padres que se interesan por esto al visitar un centro para sus hijos.
«¿Cómo inculcáis aquí amor y respeto? quiero verlo», eso debería ser lo primero, y luego ya si acaso que te enseñen los toboganes o la tortuga.
«Como no tengo tiempo para abrazarlos a todos prefiero no abrazar a ninguno», esta frase se la he escuchado a alguna maestra de infantil y me pregunto yo ¿para qué necesita ese tiempo? ¿qué puede haber más importante?
Un niño sólo aprende si se encuentra en un entorno seguro, si se siente querido, agusto… Hoy en día además son muchos los niños que no reciben el afecto que necesitan en sus casas y pasan en el colegio 7-8 horas diarias, luego ¿qué mejor lugar para que se sientan queridos? ¿no tienes tiempo? cambia todo lo demás, esto es primordial.
Si eres docente quizá deberías plantearte tu capacidad de mostrar afecto y de demostrárselo a todos y cada uno de tus alumnos, si no eres capaz (no todo el mundo servimos para todo y yo soy totalmente inútil para muchísimas cosas) quizá deberías replantearte tu profesión (duro pero real) aunque hay muchos cursos de Inteligencia Emocional que te pueden ayudar.
Es corriente, y terrible, ver como a niños que aún no dominan lo que se les pide y sin haber alcanzado un nivel óptimo, se les empuja a que avancen para «no quedarse atrás» esto les provoca inseguridad, desconfianza y hacen que las tareas propuestas no sean placenteras… por lo que no quieren más.
Te pondré un ejemplo para que puedas ponerte en el papel de ese niño:
Imagina que te dejan una bicicleta de 2 ruedas, te explican como funciona y te dejan que montes por tu cuenta, entonces miran qué tal lo has hecho y te dicen «Pues mira, eres un biciclista con un nivel del 40%»… te ponen un 4 y te etiquetan, tu sabes que tienes un 4, que aún no la dominas y que hay cosas que se te escapan y necesitas más tiempo, pero en lugar de seguir practicando resulta que se ha acabado el tiempo y ya te tienes que olvidar de la bici y te dan un monociclo.
Seguro que la solución a este problema ya la tienes en mente.
Siempre hay que llevar a los niños desde donde se sienten seguros hacia nuevos retos, «de la mano» y poco a poco hasta que ya quieran ir solos.
Mientras en los países punteros en educación no promueven que los niños aprendan a leer antes de los 7 años ni a asimilar conceptos abstractos (por las mismas razones pedagógicas que se estudian aquí en España desde hace muchos años en asignaturas como Didáctica y Psicomotricidad pero que luego no se aplican) aquí nos empeñamos en que empiecen a hacerlo cada vez antes, sin tener en cuenta si es beneficioso para el niño, ni respetar sus tiempos.
Hoy en día todos estamos al tanto de cómo nos afectan psicológicamente los colores, los olores, los sonidos estridentes…
Esto es especialmente importante en niños de Infantil, que hace «2 días» estaban en el vientre materno, cuyo cerebro aún no discrimina estímulos y ahora se encuentran en un aula llena de colores estridentes, pósters de mickey mouse y mil cosas colgadas por las paredes del aula para que se vea todo lo que trabajan los niños y las cosas que hacen…pero poca gente se para a pensar lo que tal cantidad de estímulos les provoca; stress en los niños.
Algunas escuelas prestan especial atención a esto y por eso utilizan tonos pastel en las paredes (que evoca a la sensación que tenían en el vientre materno) por la misma idea de llevarlos «desde donde se sienten seguros y relajados…» e intentan que todo esté lo más despejado y diáfano posible para lo cual los niños colaboran desde el primer día.
En este sentido un entorno lo más natural posible y en contacto con la naturaleza es lo mejor según varios estudios.
Los ambientes ruidosos nos alteran a adultos y pequeños, y una escuela no tiene por qué ser un ambiente ruidoso si se plantea como un juego y algo común a todos los docentes desde el primer día.
Ejemplo utilizado en Montessori y Waldorf: «Hoy vamos a intentar sacar las sillas y a ponerlas en su sitio sin hacer ningún ruido! veréis qué bien y como sí que podemos!».
«Bueno, hoy Pablo ha hecho un poquito de ruido, seguro que mañana le sale mucho mejor!» 🙂
No hace falta enumerar la cantidad de valores que van inherentes a esta práctica tan sencilla y que se adquieren de la mejor manera: jugando.
También está comprobado que el oído humano, durante los primeros meses de vida, no percibe bien algunas frecuencias sonoras y produce estridencias en el cerebro. Estas frecuencias en la escala musical coinciden con los semitonos, por lo que una melodía que evite esos semitonos siempre será mas propicia y mejor recibida y conseguirá, por ejemplo, que se sientan tranquilos y se duerman más fácilmente.
Además en una escala pentatónica todo lo que toques sonará bien 🙂
«Tengo que gritarles para que se callen y me hagan caso» esto es algo habitual en la enseñanza, y sin embargo hay centros en los que jamás se oye una voz más alta que otra y los maestros hablan muy bajito
¿por qué?
¿cómo es posible?
«Fácil»… poniéndose de acuerdo TODO EL PROFESORADO en actuar SIEMPRE de esa manera y desde el primer día.
Yo lo he visto, lo he disfrutado y me he quedado admirado mientras que para los niños, que era a lo que estaban acostumbrados, era lo normal 🙂
Así que Se Puede.
Aquí podría extenderme mucho, pero simplemente diré que la Didáctica y la Psicomotricidad, amén de las neurociencias, nos dicen que los niños no establecen sus conexiones neuronales (axiomas: lo que les permitirá resolver problemas en el futuro) haciendo fichas, sino que se crean mediante el movimiento, interactuando con el entorno y estableciendo relaciones por sí mismos.
Luego..
¿por qué les tienen haciendo fichas sentados si sabemos que es antinatural y que no favorece a su aprendizaje?
¿por qué se estudia en magisterio pero después no se aplica?
¿tendrán algo que ver las editoriales?
¿tendrá algo que ver el afán por eliminar la infancia y pedirles «trabajo» de adultos a edades tempranas para poder tener datos para comparar a los centros y aparecer en tests?
Prometerle una recompensa a alguien que parece desmotivado es como ofrecerle sal a alguien sediento. No es la solución, es el problema. «Haz esto y obtendrás aquello» le quita todo el valor a lo que hacen, a por qué lo hacen y a lo que obtienen.
La falta de recursos y de formación lleva a muchos maestros a utilizar esas estrategias que a la larga son contraproducentes. (como los gomets, de los que hablé aquí)
El gusto por aprender, vuelvo a decir, es algo innato… aprovechémoslo y no harán falta más recompensas que los abrazos y las palabras de afecto y aprecio por el logro conseguido.
Os recomiendo esta experiencia: Dejad que alguien os lave una de las manos deprisa y corriendo y luego dejad que haga lo mismo con la otra pero con cariño, paciencia, sintiendo vuestras manos, mirándoos a los ojos, secándoos con cuidado…
La percepción, el aprendizaje y la sensación que se te queda de esa experiencia de la rutina diaria es totalmente diferente ¿verdad? así que seguramente querrás volver a repetirla.
Sin embargo si por el afán de cumplir horarios, contentar a algún adulto…, te acaban tratando de malos modos, con prisas, gritos y stress…seguramente no te gustará ese momento del día.
Dediquemos tiempo a las cosas pequeñas, siempre son importantes, y cuando somos pequeños aún más.
Cuando un niño hace un dibujo, una manualidad o cualquier tipo de expresión artística lo hace dando una parte importante de sí mismo, es una muestra de afecto, con ello se autoafirma para crecer y lo que menos espera es que una maestra le «estropee» su trabajo con un bolígrafo rojo o diciéndole que lo que ha hecho «está mal» o se limite a un simple «es bonito» que no significa nada.
En mis cursos siempre digo lo siguiente: «Cuidado con lo que les restamos», puede ser más importante que lo que les aportemos, y para esto nadie mejor que Sir Ken Robinson, Pablo Picasso o tantos y tantos autores que ya han hablado del tema.
La Organización Mundial de la Salud señala que el 80% de los niños del mundo no hacen suficiente ejercicio, si unimos esto a lo ya comentado, y que señalan todos los autores, sobre psicomotricidad y la manera en la que se crean las conexiones neuronales (cruciales para la resolución de problemas en el futuro) sabremos que lo que de verdad beneficia y propicia el aprendizaje en los niños es el juego y el movimiento libre.
Cuanto más mejor, seamos creativos…hagamos que su mente crezca y facilitémosles el futuro.
Dejémosles ser lo que tienen que ser cuando tienen que serlo y serán lo que tengan que ser cuando tengan que serlo. -Javi Quilez
Yo añadiría un 11er factor que sería el de docentes, educadores, maestros y padres que no sienten la curiosidad ni les gusta plantearse su práctica educativa (a muchos les da pánico) y que seguro no habrán leído hasta el final de este artículo.
Así que…
Estoy totalmente de acuerdo, como maestra me parece bastante triste que los niños desde infantil no quieran acudir al colegio a la vez que normal. Los niños a estas edades no tienen ningún momento para jugar, a todas horas se les está exigiendo que presten atención, que estén quietos, etc., para tenerlos controlados. Pero es contraproducente, porque justamente de esta manera es como los niños no aprenden.
Sigue por ese camino, Javi. Ojala des un cursos en la Universidad para aquellos futuros profesores el cambio esta ahí 🙂
Regularmente me voy pasando por esta página que encuentro siempre interesante y motivadora.
Me gustaria reproducir este artículo, que me ha parecido genial en nuestro blog del AMPA ampavinyet.blogspot.es, si te parece bien, ya que todos nuestros padres deberian leerlo.
Ya reproducimos un articulo tuyo hace un tiempo http://ampavinyet.blogspot.com.es/2014/01/excellent-o-suspens.html que tuvo muy buena acogida y repercusión.
Grácias por tu trabajo!
Enhorabuena , un artículo estupendo !
Conozco y he vivido todos y cada uno de esos factores que tanto desmotivan y pueden marcar la trayectoria de un alumno/a. Lo sigo viviendo con mi hijo en primaria…
Completamente de acuerdo en todo lo que expresas. Yo como madre de gemelos, que ahora a los tres años los hemos llevado a la guardería y no antes, siempre les hemos dado libertad de movimiento, de descubrimiento. Me encanta la educación Montessori, pero lamentablemente es demasiado cara y no nos lo podemos permitir. Creeme que esto me preocupa mucho, ya que nosotros vivimos en EEUU y aquí a los niños les mandan a casa muchísimas tareas, tantas que pueden estar hasta tres horas haciéndolas. Nosotros como padres implicados en cada segundo en la educación de nuestros hijos, nos horrorizamos ante eso. Vamos a tener que buscar otras alternativas de educación que estén dentro de nuestro alcance, porque ese sistema no lo queremos. No es bueno para un niño!!! El niño tiene que jugar, aún tenga doce o trece años. Recuerdo que una profesora me dijo que yo estudiaba demasiadas horas, que me limitara a dos horas al día e incluyera las tareas en esas horas, que la mente no va a asimilar más pasadas esas horas. Fue el mejor consejo que me dieron, mis notas se dispararon.
Gracias por plantear estos puntos de vista.
Estoy de acuerdo que los niños qe son querido y valorados son mas creativos y felices . Dediquemos un poco mas de tiempo para estar con ellos .
Me he emocionado con el punto 11, de verdad. Es a veces tan difícil…graciasa ti tambien!
Deseo que todos estos puntos resuenen bien alto y por todos los medios, que aumente la consciencia sobre el respeto al desarrollo natural de la infancia y adolescencia, y despierte la visión sobre la educación real en progenitores/as, abuelas/os, tias/os, profesoras/es, cuidadoras/es,,, Lo comparto 100 por 100 🙂